Hoy es un día especial. Hoy es la máxima expresión de la cultura en su amplitud, porque hoy el mundo se inspira con el aroma que letras reparten en páginas de papel. O como estamos en pleno siglo XXI, el tacto de una pantalla. Ambas sensaciones son indescriptibles, es un teletransporte inmediato. Hay historias que son capaces de producir un efecto de desasosiego en tu vida , la ficción ya es parte de la realidad e incluso se puede sentir un vacío cuando un relato que es capaz de propiciar tanta emotividad se cierra.
¿Pero por qué este día es especial hoy?
Quiero compartir con vosotros, principal motivo de este blog, el maravilloso día del libro 2013.
No sé, si es porque la literatura cada día forma más parte de mi vida, pero algo tengo claro, mi objetivo en la vida, es ser escritora. Buena escritora, ilusión y ganas no me faltan. 
La motivación para ello llega en forma de pequeñas recompensas, como el accésit que hoy tuve el placer de recibir tras el anuncio de los ganadores del 13º Premio Literario García Cabrera. Un gran honor, pues el hecho de que alguien reconozca tu trabajo es... maravilloso e increíble. Además de totalmente inesperado, y más cuando tus amigos y profesores están pendientes de esa noticia. (Gracias al IES Adeje por el vergonzoso pero emotivo aplauso colectivo del hall ^^)
Esto se suma a pequeños detalles que animan el día, como el intercambio de libros de mi instituto o las novelas científicas de mi profesora de biología. Estas últimas te hacen reflexionar, para darte cuenta de que todo, absolutamente todo, se puede escribir.
Porque el pensamiento último que queda es que la literatura, está al alcance de todos. 
Hoy también me han regalado una bonita rosa roja por el día de Sant Jordi, lo que me hace sentir un poquito más cerquita de uno de mis deseos; pasar un día del libro en Barcelona.
Mi día del libro, entre rosas y apuntes.
También os quiero dejar los versos de los que me siento muy orgullosa. 
PD. Es un poema que necesitaba escribir más que por un concurso, por mi misma. Los versos, siempre tienen un destinatario, lo que la mayoría de veces, su autor lo intenta ocultar (al menos en mi caso)
REQUIEBROS
Movidos por el dolor o la pena, en lo más recóndito de
nuestro ser, existe un llanto dormido que sólo espera a ser liberado a gritos.
Salir a la superficie y consumir el aire que nos queda para obviar la felicidad,
o la esperanza. Bajo falsos pretextos, anidan en nuestras almas hermosos
cristales de los más bellos colores, que solo esconden tras su sublime figura,
el más impío de los cortes.
El viaje, en tanto es viaje , forma
camino.
Huellas de bronce quedan anidadas
junto a la felicidad de papel,
mientras brotan las tormentas
junto al viento, cuyo único
propósito,
es derribar  lo que obstaculice su libertad.
En medio de todo,
almendros son tus dedos,
que florecen en torno al tronco de
mis entrañas.
Pero el rosa, queda vacuo,
pues la violenta brisa entona un
réquiem,
que a modo de banda sonora,
relata  en su pentagrama una última cadencia.
Susurraba el mar tu nombre en las
orillas,
corría entre las laderas de todos mis
trazas.
Una tras otras, las letras
presionaban
por salir agolpados de mi boca.
Un requiebro, un océano, el bosque de
limoneros.
También el fuego o el corpúsculo se
sumaban a una.
Pero entre ellos, destacaba el amargo
cristal
que notaba tu última presencia.
Una mano que se aleja ensangrentada,
ese mínimo trozo de cielo que se marcha,
había estado en tu mano, antes que en
mi garganta.
De mí solo esperabas ,
una última vuelta de cabeza
para contemplar tu andada.
Pero quedas, rondas y anidas
en lo alto de mi sesera.
Ya no florecen los almendros,
te llevaste la primavera.
Cuervos negros instalaron morada,
y a picotazo limpio destrozan
el último recuerdo de un alma rota.
Deshacen con su fugaz hacha
lo que un día presumía de hermoso.
Comen con avidez el fruto carnoso,
dejando semilla seca donde vida hubo.
Desgarran con sus uñas la felicidad,
que se torna más oscura,
que incluso sus plumas.
Un ancla que olvida su cometido,
deja que el navío se borre
de donde la vista acoge.
Queda sola, hundida y perdida.
Oxidada por el hierro y el tiempo,
lo mismo que vierten mis heridas.
Un último abrigo del sol de febrero,
tus manos alrededor de mi pecho.
Al final de una carta, un hasta
pronto,
haciendo relojes de palabras.
Un camino descansa
sobre un río salado.
La última despedida
de un adiós, ya anunciado.
PD2. Un día tan importante se merecía una entrada más currada, pero segundo de bachiller lo hace imposible. ¿Que mejor forma de celebrar la literatura que con un comentario de Gabriel García Márquez?
Gracias por leerme <3
 

 
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en la utopía.
Abelardo Castillo.