Si bien este poema no tiene sentido alguno, ni una gran calidad técnica, la añoranza en una noche de verano, a veces prima más.
¿Y tú me explicas
por qué hecho de
menos
el frío por las
mañanas?
¿Por qué añoro las
risas,
aún estando lejos de
casa?
Las pérdidas
matutinas, es un hecho,
se nota que soy
despistada.
Pasear por mil
calles,
entrar en mil
tiendas…
Descubrir mil
lugares,
siempre cerca de
gente estupenda.
Porque la magia se
escondía
en algo nuevo cada
día.
Un parque o un
puerto,
la playa al mediodía.
Una travesía de 30
días,
alejada, a la deriva…
Escondida de lo de
siempre.
Es una añoranza que
asfixia,
saber que repartidos
por el mundo,
Están mis recuerdos
esparcidos.
cuatro risas y un
pasado.
Y yo sigo echando de
menos,
mi querido puente de Irlanda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por decirme lo que piensas.
Un escritor es,
un hombre que establece su lugar
en la utopía.
Abelardo Castillo.