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De una promesa, surgió mi resurrección.

miércoles, 7 de agosto de 2013

El reto del beso en el verso.





A través de un debate sobre qué es más importante en la poesía en una noche de verano en compañía de grandes amigos poetas, surge el "Reto del beso en el verso". Un tema común, un beso. Tres poemas distintos, uno de ellos este.
En estos links encontrareis las composiciones de los otros dos participantes.
Marie (Las putas no van al cielo)
Santi. (El eterno asombrado) 
(Podría escribir vuestros nombres completos, pero así demuestro mi cariño <3) 
¡Dejadme en los comentarios lo que pensáis y si os animáis dadme vuestra propia visión de un beso!



Es el más duro
y el más osado,
porque cuando estos valientes
de rojo se despierten
y se vean intactos,
será el momento más amargo.

Dejaron de dedicarse versos,
para permanecer sellados.
Si no era en poesía,
no querían ser malgastados.

Se amaban entre susurros
-y metáforas.
Se amaban entre gritos
-y en sus escritos.

Porque entre sinestesias,
llegó a ver su música,
y escuchar su mirada.
Entre versos eran ambas almas.

Pero no hay tiempo
de volver a otro tiempo.
Tiempo que corre.
Tiempo pretérito.



Y mis labios,
que por héroes los tenía,
se acordaron del más condenado
espacio y tiempo jamás inventado.

Se acostumbraron a pensar
en una única guarida,
que tenía por final
la mirada nublada jamás descrita.

Porque si su ceniza se cuela,
en sus ambos pulmones
-y asfixia
-y ahoga
cada una de mis consternadas entrañas,
no me importa morir intoxicada.

Porque aunque esté ebria de tu presencia,
en toda mi plenitud y mi virtud;
ella se enumera paso a paso por tu actitud.


Un suspiro en mi cuello,
dos lágrimas en mi espalda,
tres apretones en mi muñeca.

En mi cuello, la cabeza gacha,
en mi espalda, un sudor frío,
en mis muñecas, un adiós hastío.

Y volaron los rojos,
se esparcieron por las mejillas.
Mancharon y corrieron
los míos, no los tuyos.

Temían ser temidos,
temían caer en más bocas.
Temían no volver a caer,
nunca más en ninguna otra.

Y mil veces han dado las espaldas,
a un beso.
A la magia.



Porque un beso era madrugar,
un beso era no dormir,
un beso era casi sinónimo,
de lo que parecía un antónimo.

Puedo esperar tranquila,
porque la nada  acecha
escondida y no de frente.



Y aún así, sobre la mesa,
me olvidé el perfume
-y el carmín.
Para qué usarlo,
si no vas a disfrutarlo.



En mi éxtasis,
podría cubrirme la boca,
pero quiero que la calles,
quiero que la cierres.

 
En todas mis facetas
quiero valientes rojos,
desgastados y ajados.




 Pero y quién sabe,
si solo contemplamos
a través de una ventana,
una ilusión sin salir de la cama.




Fotografía:
 Alicia Méndez González.
    Elena Martín Cordero.


1 comentario:

  1. Alicia cariño,eres tan,pero tan increíble escribiendo.
    Fascinada
    Emocionada
    Conmovida
    Con la piel de gallina.
    Si es que chica,si cada palabra valiera oro,
    Eres inmensamente rica !

    ResponderEliminar

Gracias por decirme lo que piensas.

Un escritor es,
un hombre que establece su lugar
en la utopía.

Abelardo Castillo.