A través de un debate sobre qué es más importante en la poesía en una noche de verano en compañía de grandes amigos poetas, surge el "Reto del beso en el verso". Un tema común, un beso. Tres poemas distintos, uno de ellos este.
En estos links encontrareis las composiciones de los otros dos participantes.
Marie (Las putas no van al cielo)
Santi. (El eterno asombrado)
(Podría escribir vuestros nombres completos, pero así demuestro mi cariño <3)
¡Dejadme en los comentarios lo que pensáis y si os animáis dadme vuestra propia visión de un beso!
Es
el más duro
y el
más osado,
porque
cuando estos valientes
de
rojo se despierten
y se
vean intactos,
será
el momento más amargo.
Dejaron
de dedicarse versos,
para
permanecer sellados.
Si
no era en poesía,
no
querían ser malgastados.
Se
amaban entre susurros
-y
metáforas.
Se
amaban entre gritos
-y
en sus escritos.
Porque
entre sinestesias,
llegó
a ver su música,
y escuchar
su mirada.
Entre
versos eran ambas almas.
Pero
no hay tiempo
de
volver a otro tiempo.
Tiempo
que corre.
Y
mis labios,
que
por héroes los tenía,
se
acordaron del más condenado
espacio
y tiempo jamás inventado.
Se
acostumbraron a pensar
en
una única guarida,
que
tenía por final
la
mirada nublada jamás descrita.
Porque
si su ceniza se cuela,
en
sus ambos pulmones
-y
asfixia
-y
ahoga
cada
una de mis consternadas entrañas,
no
me importa morir intoxicada.
Porque
aunque esté ebria de tu presencia,
en
toda mi plenitud y mi virtud;
ella
se enumera paso a paso por tu actitud.
Un
suspiro en mi cuello,
dos
lágrimas en mi espalda,
tres
apretones en mi muñeca.
En
mi cuello, la cabeza gacha,
en
mi espalda, un sudor frío,
en
mis muñecas, un adiós hastío.
Y
volaron los rojos,
se
esparcieron por las mejillas.
Mancharon
y corrieron
los
míos, no los tuyos.
Temían
ser temidos,
temían
caer en más bocas.
Temían
no volver a caer,
nunca
más en ninguna otra.
Y
mil veces han dado las espaldas,
a un
beso.
A la
magia.
Porque
un beso era madrugar,
un
beso era no dormir,
un
beso era casi sinónimo,
de
lo que parecía un antónimo.
Puedo
esperar tranquila,
porque
la nada acecha
escondida
y no de frente.
Y
aún así, sobre la mesa,
me
olvidé el perfume
-y
el carmín.
Para
qué usarlo,
si
no vas a disfrutarlo.
En
mi éxtasis,
podría
cubrirme la boca,
pero
quiero que la calles,
quiero
que la cierres.
En
todas mis facetas
quiero
valientes rojos,
Fotografía:
Alicia Méndez González.
Elena Martín Cordero.
Alicia cariño,eres tan,pero tan increíble escribiendo.
ResponderEliminarFascinada
Emocionada
Conmovida
Con la piel de gallina.
Si es que chica,si cada palabra valiera oro,
Eres inmensamente rica !