People go, but the way they left
it always stays.
Rupi Kaur, Milk and honey.
Podréis romperme mil veces,
que de mi ceniza vuelan
los sueños de renacer
con más rabia, con más furia.
Tengo una misión,
descubrir todos mis finales,
para volver a repetir
todos mis
comienzos.
Porque me pudisteis callar
más de las veces que quise.
Hoy reclamo
que no hay juez.
Hoy grito que no hay destino.
Y me miro a mí.
Ahora mujer, antes niña
y siempre rebelde.
¿Cómo vais a callar ese latido que no para de
florecer en mi boca?
¿Qué juego vais a usar para entretenerme en otro
laberinto?
“No hay nada que perdonar”
Lo llevo escrito en la piel,
que todo lo que hice
solo fue crecer.
Quemaré los relojes.
Purgaré los espejos.
Lloraré las cicatrices.
Acariciaré mi alma.
Bienvenida guerrera,
que en paz has venido
y el infierno te has llevado.
Cenizas, Munch.
Gracias por tus palabras. Me han emocionado
ResponderEliminarMe recuerda un poco a Lady Lazarus de Sylvia Plath, la primera estrofa especialmente, aunque su tono es decididamente más oscuro.
ResponderEliminarMe han gustado especialmente estas líneas "Quemaré los relojes./Purgaré los espejos." Bonita manera de acabar con la tiranía del tiempo y el yugo de los reflejos.
Inventamos quizá la prisa y la vergüenza al descubrir esos dos artilugios? Es curioso porque, con o sin reloj, con o sin espejo, ambos tiempo y reflejo permanecen y nos sobreviven.
Gracias por tus palabras.