La creación de nosotros mismos comienza desde el preciso momento de nuestra concepción, debido a las expectativas de aquellos que conforman nuestro mundo futuro. La deconstrucción de nuestro ser se apresura cuando apreciamos que las torres que conformamos nosotros mismos se van derrumbando a nuestro paso. La reconstrucción de los castillos del pasado confirman la modificación en perpetuo equilibrio de la esencia pretérita y la madurez del presente.
Lo que pensábamos que podía seguir un plan o una estrategia guiada por nuestra razón, nos sorprende dejándonos ojipláticos ante la espontaneidad de la realidad y la virtud de cualquier atisbo de flexibilidad ( si tenemos la suerte de contar con ella) para no dejarnos arrebatar la cordura ante semejante atrevimiento del mismísimo azar.
El sueño, Picasso.
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Un escritor es,
un hombre que establece su lugar
en la utopía.
Abelardo Castillo.