Para muchos, la música es un chute de placer, para otros, son lágrimas de esfuerzo que descienden por un pentagrama. Pero ayer viví una de las experiencias más bonitas que jamás he sentido con el violín, y por partida doble. Tocar junto a tu madre en un escenario es especial, porque una persona que ha puesto tantas ganas e ilusión, para apoyar lo que queramos hacer, es digna de un merecido aplauso y tantos besos como partituras haya. Por otro lado, que una amiga se emocione al tocarle una simple melodía como es el cumpleaños feliz, demuestra que por muy nimio sea un detalle, siempre habrá alguien que te lo agradezca... reconforta tantísimo. Debería ser a mi a quién se le saltasen las lágrimas y no al revés.
¡A mis amigos me queda decirles que me deben las clases de violín del Lunes! <3 (Bueno va, la primera es gratis)
Por otro lado, quien busque una muerte lenta y dolorosa, pásese por segundo de bachillerato un ratito, no falla ^^.
Pero en ocasiones, nos permitimos alguna salida de la realidad tan maravillosa como la de hoy. Poder disfrutar de una obra de teatro tan espléndida como La casa de Bernarda Alba, (que entra en selectividad), es un primor, pues es posible palpar los sentimientos que se fundían en aquel escenario y así; tener una ligera idea de pensar a lo que quieras que sepan tus palabras en el papel cuando estemos hablando del fragmento teatral más célebre de la literatura española del siglo XX.
La única queja, es la actitud de una parte del público, ya que la risa, en ocasiones no se debe pronunciar, y menos aún en la escena final y más con la figura de Bernarda Alba clamando por la virginidad de la última de sus vástagas.
Me gustaría hacer una entrada especial con ciertas ideas que tengo en la cabeza a raíz de lo que hoy he vivido, pero desgraciadamente la cámara con la que saqué las fotos no es mía, así que tengo que esperar a tenerlas en mis manos (pronto espero)
Me despido con versos de Benedetti que no consigo sacarme de la cabeza:
Llorar
sólo llorar
entonces su sonrisa
si todavía existe
se vuelve un arco iris.
¡Gracias por leerme! <3
 
 
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un hombre que establece su lugar
en la utopía.
Abelardo Castillo.