Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
De una promesa, surgió mi resurrección.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Litros de sal.

Empecé diciendo que este blog era fruto de un cambio y que eso mismo es lo único eterno. Siendo fiel a mi filosofía he cambiado de sol pero no de luna. Me encuentro en tierras salmantinas y estoy segura de que es un nuevo periodo literario, por todo lo que voy a respirar aquí. Pasear cada día por las mismas calles que Unamuno pisó y que Fray Luis de León contempló es una de los mejores sentimientos que he podido sentir.
Por otro lado la independencia repentina ha ocasionado que abandone "Mis trazas de papel", pero eso no significa dejar de escribir, la poesía tiene esa ventaja. Es compatible en al vida y en el sueño, es inspiración momentánea o trabajo arduo.

A punto de marchar de mi pequeña isla y no ver el océano cada mañana, surgió este poema que veo la necesidad de explicar. Aunque al final siempre el producto estará al gusto del consumidor.


Mi primer trueno,
llegó la noche
que la soledad hizo suya.

Más interna que externa.
Más intensa que extensa.
Menos mía y más tuya.

Hundí mi cabeza 
en litros de sal.
Era agua,
lo que mis venas albergaban.

Agua, y litros de sal.
Nueve semanas y media,
ese es el tiempo
en el que pierdo la respiración.

Es el momento,
en el que mi piel cela el sol.
Es un moño para el calor.
Es un abrigo para la desolación.

Es un anillo comprometido
a recoger tus pedazos.
Pero ya son quinientos cristales,
en mi regazo.

Hundí mi cabeza en sal,
pues solo quería volver a la profundidad.

Pintar más en el alma
- que en el lienzo.
Cantar más que en la lluvia
- en el trueno.

Quería bailar 
más que en el suelo,
junto a la luna.

Siempre alrededor,
de su cara más oscura.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por decirme lo que piensas.

Un escritor es,
un hombre que establece su lugar
en la utopía.

Abelardo Castillo.