Ayer te rompí,
en cuatro partes
iguales.
Y hoy, tú tratas de
reconstruir
las torres que yo
trato de tirar.
¿Sabes que ayer lloré
en el cielo?
Cuando miré por última
vez,
la extensión zafiro y turquesa
que ando buscando en
tierra árida y seca.
Me dejó mas triste tu
desilusión,
que dejarla a ella.
Pero que más te dará,
si hay mas pájaros en
el mar.
Ya todos saben de ti,
te he consagrado en
vida.
Felicidades, porque hasta
las musas
me recuerdan que
existías.
Adiós amor, hasta la
vista.
Que seco suenan las
despedidas,
cuando yo sé que no son ciertas.
Que las ventanas se
me quedan enanas,
para gritar a los
cuatro vientos
que se pasean por mi
ciudad amada,
para decirte que ya
no pintas nada.
Y en el filo de mi
costilla.
Y en el filo de mi
clavícula.
Y en el filo de tu
cuchillo,
clavé yo mi sonrisa.
Sencillamente precioso, como todos.
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