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De una promesa, surgió mi resurrección.

domingo, 5 de octubre de 2014

Pasillo 9, carnes y pescados.

Somos trozos de carne en el último pasillo de alimentos frescos. Bistecs con los labios rojos y falda, con alguna cerveza en la mano o danzando de un lado a otro en una noche exclusivamente de amigas.
Creo que todos hemos visto el magnífico discurso de Emma Watson (aquí el vídeo) acerca del feminismo hoy día y sinceramente, yo estas semanas me he planteado mucho que debo luchar todos los días por nuestros derechos. Obviamente, las cosas han cambiado en siglos de historia, pero a nivel primario, la sociedad sigue llevando a sus hombros la palabra heteropatriarcado. 

Sexismo  benévolo, es el término que designa a ese tipo de trato desigualitario, pero que a primera vista puede parecer beneficioso. Os pongo un ejemplo muy común, ¿no os han dejado pasar nunca en una discoteca porque sois mujeres y tenéis pecho? ¿En una discoteca las chicas pueden llevarlo todo muy corto, pero un chico tiene que cumplir las normas en cuanto a la hora de vestir? A mi sí, repetidas veces además. Nos utilizan como reclamo, filetes que son lanzados a los hombres para acudir a esas discotecas. Pasillos cuando quieres ir al baño, en donde te observan minuciosamente, comprobando el estado de la mercancía. Conversaciones vacías cuyo objetivo último y verdadero consiste en acabar en sábanas ajenas (ojo, no crítico el sexo esporádico, sino la visión de las mujeres como objetos meramente sexuales) De verdad, ¿a quién le gusta estar contra la pared con un chico baboso a tu lado? ¿A caso somos vaginas andantes, y el resto se cree impune a utilizarnos por nuestra condición sexual? Sinceramente, repugnante cuanto menos y muestra de la involución de la sociedad joven actual.
Pero todo esto no puede decirse, hay que permanecer calladitas, sonriendo y bien guapitas. Si no, te conviertes en una "feminazi" , estrecha y fea. Porque sí, el orgullo de los rechazados parece que se recompone a base de infravalorar a la persona que simplemente te ha dicho que no.
¿Pero qué hacemos para cambiar todo esto? Nada, absolutamente nada. A los hombres se les sigue educando de manera machista, sin permitirles expresar sus emociones (por favor, eso es para homosexuales, como va a un hombre de pelo en pecho a llorar) ¿Sabéis cuan peligroso es imponer un rol determinado? A los chicos, desde bien niños se les dice que tienen que correr, pelear, que se olviden de bailar o cocinar con mamá. Apunta a tus hijos a fútbol, olvídate de regalarle cualquier cosa que tenga colores que abarquen la gama de los rosados. Somos tan infinitamente estúpidos, que le ponemos género a los colores, los juguetes, la ropa, los coches, los deportes, las profesiones... y un largo etcétera. ¿Es justo a caso, limitar las posibilidades en función de tu género? Y me estoy refiriendo a ambos bandos, porque me resulta igual de asqueroso.
Creo firmemente que las mujeres y hombres debemos reafirmarnos como seres humanos, con libertades individuales y derechos. Derecho a disfrutar libremente de mi género en cualquier lado sin estar supeditada a que por poseer dicho género se me trate como ganado. Así como también reclamo el derecho a la educación libre, obviando los roles y estereotipos típicos en la sociedad para constituir un mundo igualitario, con plenos derechos sin distinción de ningún tipo.
La historia está hecha para cambiarla y no cometer los mismos errores.



2 comentarios:

  1. Es completamente cierto. A veces, en algunas discotecas, las chicas no pagan entrada y los chicos sí, o pagan menos que estos o les regalan cosas, o son menos estrictos al dejarlas pasar. Pero realmente ¿qué hacer, cuando te están dejando pasar más fácilmente que a un chico, aunque te utilicen como reclamo? ¿Negarte a entrar? Tomas la copa, o la entrada, y bailas y mantienes conversaciones superfluas porque eso es lo que se espera de ti supuestamente, y puede resultar también divertido. Y los chicos se aguantan con lo que les toca y también desempeñan su rol, y participan igual de activamente sin quererlo ni enterarse.

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    Respuestas
    1. Así es, tienes toda la razón, pero creo que es hora de negarnos a entrar por el aro, ¿no?

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Gracias por decirme lo que piensas.

Un escritor es,
un hombre que establece su lugar
en la utopía.

Abelardo Castillo.